El secretario general de , Pablo Iglesias, reconoció ayer sábado que el momento por el que atraviesa su partido “es difícil”, y que los resultados de las elecciones catalanas del 21 de diciembre fueron “malos”, pero ha dejado claro ante los suyos que va a “dejarse la piel” e incluso “la salud” para “dar la batalla”, y que no piensa “tirar la toalla”.

“Es el momento de la reflexión política, después de un año que ha sido determinante para España y para Podemos, un año que no ha acabado bien para nosotros y para nuestros aliados del cambio”, reconoció al inicio de su intervención durante el Consejo Ciudadano Estatal (CCE) (el máximo órgano de dirección entre asambleas) que la formación morada celebró ayer sábado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Podemos llega a esta cita en un momento especialmente complicado, en el que todas las encuestas apuntan a un serio desgaste del partido morado y una caída de intención de voto. Si en 2017 comenzaron en segunda posición, por delante del PSOE, según los estudios demoscópicos, ahora estos les otorgan incluso el cuarto puesto, por detrás del PP, socialistas y Ciudadanos.

Aunque la formación de los círculos siempre evita comentar las encuestas, y prefiere tomárselas con cautelas, Iglesias reconoció este sábado que efectivamente atraviesan “momentos difíciles”. Sin embargo, acto seguido, defendió que la voluntad de ganar de su partido “sigue intacta” y también sus ganas de “dar la batalla”.

Sintiendo la presión

“Es evidente que en un proceso de cambio como el que estamos construyendo, con adversarios poderosos, la cosa no iba a ser fácil, pero que esto sea evidente en términos teóricos no quiere decir que sea lo mismo saberlo que sentirlo, y ahora estamos sintiendo la presión”, admitió Iglesias.

Así, señaló que aunque “en los momentos difíciles algunos piensan en tirar la toalla, o que las cosas no pueden cambiar”, él está dispuesto “a dar la batalla con la gente que quiera un país mejor, con los Ayuntamientos del cambio, con los grupos parlamentarios pero también con la gente que se organice en los movimientos sociales y la sociedad civil”.

“Hay millones de ciudadanos en España dispuestos a seguir dando la batalla. Debemos darla con ellos. ¡Si se puede!”, aseguró, como broche final de la que fue sido su primera intervención pública desde que comenzó el año y, también, la primera que ha protagonizado en 24 días, ya que la última fue su participación en el cierre de campaña de las catalanas, el 19 de diciembre.

De hecho, Iglesias restó importancia a su ausencia del foco mediático de estas últimas semanas, al que se ha referido como al “culebrón del invierno”. “Iglesias, desaparecido”, lo tituló, antes de asegurar que aunque no haya dado ruedas de prensa ni haya concedido entrevistas, había estado “trabajando mucho” precisamente en el informe político que expuso ayer.

Además, argumentó que era su obligación dar las explicaciones sobre los “malos resultados” en Cataluña en el seno de Consejo Ciudadano Estatal (CCE), y no en los medios de comunicación. “Debemos recordar siempre, y por desgracia a algunos se les olvida, que nosotros no tenemos debates en los medios sino en los espacios habilitados para ellos”, defendió.

Apuesta de liderazgo

También se referió, aunque de forma velada, al desgaste que apuntan las encuestas sobre su figura y su liderazgo. “Tenemos que asumir lo que implica el liderazgo. A los que lideran, se les va a atacar siempre. A los que no lideran, se les va a mimar”, señaló, “pero yo estoy dispuesto a seguir dejándome la piel y la salud para trabajar y ser el próximo presidente de este país y que España cambie. No puedo garantizarlo, pero estoy dispuesto a dejarme la piel. El día que me digáis que mi puesto debe estar en otro sitio, no me costará nada, pero mi trabajo ahora es ampliar las posibilidades de gobierno en 2019 y ganar las elecciones de 2020, y para eso espero contar con vosotros”, manifestó, despejando cualquier duda sobre la continuidad de su liderazgo al frente de Podemos.

En el balance del año que presentó, Iglesias hizo especial hincapié en las elecciones catalanas y los “malos resultados” que cosechó su formación con la coalición Catalunya En Comú Podem (logró 8 escaños, tres menos que los que sacó Catalunya Sí que es Pot, sin los ‘comunes', en 2015).

Autocrítica y análisis

“Cuando llega un mal resultado, hay que asumirlo y reconocer que deberíamos haber hecho las cosas mejor de como las hicimos”, señaló. “Toca autocrítica y analizar lo que no hemos hecho bien”, apostilló más tarde, antes de comenzar a desgranar los motivos.

Así, el líder ‘morado' admitió que estos decepcionantes resultados pueden deberse al hecho de que ante la crisis catalana, “muchos ciudadanos han percibido” que con su propuesta de la defensa del referéndum pactado, Podemos le estaba hablando “a otras formaciones políticas”, en referencia a las fuerzas independentistas.

“Nuestra posición de diálogo y fraternidad no se ha traducido en un buen resultado electoral”, ha señalado, al tiempo que también ha reconocido que no han sido capaces “de impedir que los temas sociales desaparezcan de la agenda en un país con niveles de desigualdad escandalosos”.

Eso sí, a este respecto, señaló que no “valen excusas” y que no pueden culpar a “los aparatos políticos del poder” que les “dan muy duro”. “Es lógico que nos golpeen. Ya sabíamos a lo que veníamos. Tenemos que ganar el partido pite quien pite”, defendió.
En su ejercicio de autocrítica, Iglesias señaló que no fue un buen comienzo de año el “debate interno” que iniciaron con motivo de la II Asamblea de Vistalegre de febrero, y que se convirtió “en una amenaza de ruptura”.