Carmen Franco, única hija del dictador Francisco Franco, murió ayer en Madrid a los 91 años de edad, según confirmó su nieto, hijo de Carmen Martínez Bordiú, Luis Alfonso de Borbón a través de las redes sociales.

A primera hora de ayer, Luis Alfonso de Borbón colgaba en su cuenta de Instagram una foto con su abuela acompañada del siguiente mensaje: “Dios se ha llevado a Man (d.e.p), pero ella no se ha ido: la tendré SIEMPRE en mi CORAZON”.

De manera inmediata, familiares y allegados le dieron el pésame a través de la misma red social. Carmen Franco recibía la extrema unción este jueves en su domicilio en el barrio de Salamanca.

El verano pasado, confesaba en una entrevista en ‘La Otra Crónica’ del diario ‘El Mundo’ que le habían detectado un cáncer terminal que ya no tenía tratamiento. Por ello, sus últimos meses los ha pasado rodeada de sus hijos y nietos, consciente de que le quedaba poco.

Nacida en Oviedo, Carmen Franco tuvo siete hijos fruto de su matrimonio con Cristóbal Martínez Bordiú, cardiólogo de profesión y marqués de Villaverde. Apasionada de la caza, sus allegados la conocían como ‘Carmencita’ y también ‘Nenuca’, y llevó una vida discreta, alejada de la política.

Patrimonio

Su deceso se produjo un día después de que el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid hubiese admitido a trámite la demanda civil presentada por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela para recuperar las estatuas del Isaac y Abraham, obras del Mestre Mateo.

El Juzgado emplaza, en el escrito de admisión a trámite, a la demandada a contestar en el plazo de 20 días hábiles sobre la situación de las figuras, por lo que falta por saber si esta situación queda afectada por el deceso o se traslada a los herederos. Contra la resolución cabía recurso de reposición en el plazo de cinco días, pero su interposición no tiene efectos suspensivos.

Así, los servicios jurídicos abren dos posibilidades: si la fallecida hubiese recibido ya la notificación del Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid, la demanda pasa automáticamente a sus herederos; si no tuviese la notificación todavía, habría que realizar un trámite jurídico para trasladarla a sus herederos.

Pero no es la única situación polémica de los Franco en Galicia, ya que este verano volvió a la palestra el Pazo de Meirás, donde los Franco siguen disfrutando estancias de verano.

Este inmueble, bien de interés cultural (BIC) desde 2011 y que tiene que ser abierto al público, ha sido objeto de la polémica porque la Fundación Nacional Francisco Franco afirmó que utilizaría las visitas guiadas para ensalzar la figura del dictador.