Jesús Fuentetaja, en su despacho. / G.H.
Fuentetaja, jefe de los Servicios Tributarios de la Diputación. / G.H.

Mañana, 14 de diciembre, hace 44 años que Jesús Fuentetaja empezó a trabajar en la Diputación de Segovia. Tenía entonces 18 años. Como anécdota, recuerda que a los seis días de estar allí se produjo el asesinato de Luis Carrero Blanco y “a todos los funcionarios públicos nos ordenaron ir con corbata negra, pues había luto oficial”. Eran otros tiempos. Los que vinieron después también los ha vivido intensamente Fuentetaja en la Diputación, a la que considera “mi segunda madre”. Mañana, 14 de diciembre, el jefe de los Servicios Tributarios de la Diputación se jubila. Cree que ha llegado el momento de dar el relevo en una institución con la que “siempre he intentado ser fiel y servir con absoluta fidelidad”. Y, en este momento, quiere reivindicar la “vital” labor que desempeña para la pervivencia de los pueblos el puesto que él ha ostentado.

“Lo que se hace desde los Servicios Tributarios es posibilitar que los ayuntamientos obtengan los ingresos que la ley los reconoce para que los puedan devolver a los ciudadanos en forma de servicios”, resume. En ese sentido, él afirma sentirse “tranquilo” con el trabajo realizado. “Creo haber colaborado para que los ayuntamientos tuvieran medios económicos para prestar servicios”, dice. Y subraya que, a fecha de hoy, los Servicios Tributarios de la Diputación “tienen la confianza de la práctica totalidad de los ayuntamientos, para los que recaudamos tributos de todo tipo, como IBI, vehículos, tasas…”. “La Diputación —prosigue— es la recaudadora, pero no recauda para ella sino para los ayuntamientos”.

Cuando se intentar bromear con Fuentetaja diciéndole que el recaudador mayor de la provincia se jubila, él no entra al trapo, pues en su departamento no hay espacio para las sonrisas. Lo dice advirtiendo que allí se toman con frecuencia “decisiones complicadas” pues “si alguien no paga en periodo voluntario debe saber que hay un aparato detrás que se encarga de recaudar en ejecutiva”. “Si no fuera así —añade— se quebraría el principio de que todos debemos contribuir al sostenimiento del gasto público”.

A lo largo de 44 años, dice haber visto pasar por la Diputación a miles de concejales y alcaldes de muy distintas ideologías, “pero todos con un nexo común, el de acudir a esta casa con la esperanza de que respondiera a las necesidades de su pueblo”. A esa respecto, él insiste en que la Diputación “es la institución que mejor representa los intereses de la provincia”.

¿Cómo ha evolucionado la Diputación? “Siempre ha ido hacia adelante, independientemente de quienes han dirigido sus destinos”, defiende Fuentetaja, quien aprecia que, en los últimos años, se está potenciando la identidad provincial.

A partir de mañana tendrá nuevas metas. “Lo primero será ubicarme en el espacio y el tiempo”. Luego, quiere dar rienda suelta a su vocación de escribir. En cartera tiene un libro, sobre la que denomina “la utopía de Segovia”, en referencia al intento de autonomía uniprovincial, un tema sobre el que quiere historiar, “sin sacar conclusiones”, pues “ha sido enterrado y mal interpretado”.