Al menos un guardia civil detenido por su posible relación con el tráfico de drogas

La operación de investigación continúa abierta

El jefe del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de Segovia ha sido detenido por su presunta relación con el tráfico de drogas y por revelación de secretos.

El agente, el sargento primero M.A.B.E., que llevaba unos siete años al frente del Edoa en la Comandancia de Segovia, fue detenido por miembros de la Policía Nacional y de asuntos internos del instituto armado, quienes también realizaron registros en su domiciliopara investigar su grado de implicación en este asunto, en el que hay ya 19 personas detenidas en varias provincias españolas, dos de ellas en Segovia hace unas semanas.

La detención forma parte de una investigación que se lleva desde un Juzgado de Valencia, el cual mantiene el caso bajo secreto de sumario, pero que ha trascendido a la opinión pública desde el momento en que se practicaron estas últimas detenciones.

De hecho el agente era bastante conocido en Segovia, aunque es natural de Andalucía. Ha estado destinado en los puestos de Carbonero el Mayor, Sacramenia, Cantalejo y en la actualidad, en Segovia capital.

El jefe de la Comandancia de Segovia, teniente coronel José Luis Ramírez, confirmó la detención y añadió que la actuación del sargento primero «no coincide» con los estándares de la Benemérita, por lo que supuso que podría haber «cruzado alguna línea roja por algún exceso de celo» en su trabajo. Por ello apeló a la prudencia y recordó que este «profesional» ha prestado «muchos y buenos servicios», algunos de importantes decomisos y desarticulación de redes delictivas.

En la última fiesta patronal de la Virgen del Pilar, que tuvo lugar el 12 de octubre, el ahora detenido fue condecorado con la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con Distintivo Blanco.

Hace tres años intervino en la mayor aprehensión de cocaína practicada en Segovia, requisándose 24 kilogramos en un domicilio y que se distribuía desde Segovia. Más recientemente, en diciembre de 2016, su equipo desarticulaba una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y detuvo a ocho personas, así como la intervención de material valorado en 1’2 millones de euros. Además pocos días antes de la detención, que tuvo lugar a principios de la semana pasada, la Guardia Civil de Segovia y la Comisaría de Policía Nacional presentaban conjuntamente el resultado de otra importante operación antidroga que permitió desarticular una banda formada por seis personas: una mujer española, cuatro ciudadanos chinos y un vietnamita, y a los que se les intervinieron 560 plantas de marihuana en dos naves industriales de La Lastrilla y Hontoria.

La investigación que está llevando a cabo el Juzgado valenciano tiene al menos ramificaciones en Segovia, Málaga y Valencia.

Tras la detención del guardia civil destinado en Segovia se hizo un registro en su domicilio, situado dentro de la propia Comandancia de Segovia, aunque no se encontraron drogas, según fuentes próximas a la investigación. El domicilio lo compartía desde hacía años con su pareja que —al parecer y según algunos vecinos— ejercía la abogacía fuera de Segovia.

La noticia de la detención ha causado cierta preocupación en el ámbito judicial por las consecuencias que pueda tener este caso, sobre todo en los recientes casos relacionados con delitos de narcotráfico, si bien en Segovia no son muy numerosos. También creó un fuerte ‘schok’ entre los compañeros guardias de la Comandancia, que no dan crédito a lo sucedido ya que al agente no se le conoce un enriquecimiento personal ni la tenencia de bienes extraordinarios de los que haya hecho gala. Lo que sí han transmitido algunos mandos es cierta satisfacción por el hecho de que la Guardia Civil, como institución, haya funcionado al poner en marcha su propio mecanismo de control interno ante posibles vinculaciones, hasta que los Tribunales aclaren lo ocurrido.

Por el momento fuentes judiciales aclaran que el equipo antidroga de Segovia se ha desmantelado de forma temporal con el fin de no interferir en la investigación que sigue abierta.