Vallelado apuesta por un ajo de calidad para posicionarse en el mercado global

La imposibilidad de plantar cara al ajo chino, de bajo precio, empuja a los agricultores segovianos y vallisoletanos a buscar diferenciarse de la competencia con un producto tradicional y de calidad, al gusto de los consumidores europeos.

Segovia se convirtió ayer en la capital nacional del ajo, gracias a una jornada formativa dirigida a los productores, organizada por la ‘Asociación para la Promoción del Ajo de Vallelado’, que logró reunir a cerca de un centenar de personas, procedentes de toda España. Y, en ese marco, los de Vallelado no tuvieron inconveniente en revelar su estrategia de futuro, que previsiblemente será el paradigma a seguir por el resto de productores nacionales.

“En un cultivo como el ajo, que requiere mucha mano de obra, no podemos competir con países donde la mano de obra es muy barata, como China”, manifestaba Pablo Lunello, técnico de la ‘Asociación para la Promoción del Ajo de Vallelado’. “La única salida que tenemos es competir presentando un producto tradicional y de calidad”, agregaba, con una lógica apabullante.

Vallelado se presenta hoy como una experiencia pionera que, a buen seguro, marcará el camino a los productores nacionales de ajo. Hace ya casi un lustro se embarcó en un ambicioso programa de saneamiento de sus semillas. Las investigaciones llevadas a cabo —buena parte de ellas en el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Segovia— han posibilitado que hoy se pueda afirmar que “hemos liberado a los ajos de Vallelado de virus”, como aseguraba ayer, ufano, el propio Lunella, especialista en enfermedades de la planta y en su cultivo in vitro.

El resultado es evidente. “Hemos logrado mejorar la calidad de los ajos y el rendimiento por hectárea, superando los 9.000 kilos por hectárea, que era la media de Vallelado”, añadía Lunello.

Al resto de productores de España, los organizadores de la jornada de ayer quisieron transmitir un mensaje, el de que “se cosecha lo que uno siembra”. “La genética de la semilla y su cuidado sanitario son los pilares fundamentales para tener un ajo de buena calidad”, resumía Lunello.

Dicho esto, y mirando ya a largo plazo, desde Vallelado se han puesto como meta diferenciar dos sectores de producción de su ajo, uno dirigido al consumo y otro para semilla. Y, con respecto al ajo semilla, la intención es “convertir a Castilla y León en la zona semillera de referencia a nivel nacional”.

Desde la Junta de Castilla y León, el director general de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias, Jorge Llorente, quiso ayer recalcar su apoyo a los productores. En ese sentido, citó como la cesión de la Escuela de Formación Agraria de Segovia para la jornada formativa de ayer o el trabajo que se desarrolla en el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Segovia para garantizar la calidad del producto . De igual forma, advirtió también que la Administración Regional está colaborando en la promoción del ajo de Vallelado, dando a conocer sus cualidades.

“Gracias a la genética que nos han dejado nuestros antepasados, hoy podemos posicionarnos en el mercado con un distintivo de calidad”, declaró Llorente, quien agradeció a los productores su contribución al desarrollo rural.

La gran calidad del ajo de Vallelado se debe a la interacción de diversos factores, como que la variedad cultivada es un ecotipo o subpoblación genéticamente diferenciada y restringida a un hábitat específico, lo que le otorga una genética adaptada a las condiciones climáticas y de suelo particulares del entorno de Vallelado.

Por otra parte, la zona de producción tiene el clima más duro de todas las regiones ajeras de España, ya que el cultivo está sometido a los mayores saltos térmicos, desde los -15º C en invierno —época de plantación—, a temperaturas superiores a 40º C en verano, durante la recolección.

Para que un ajo tenga la denominación ‘Ajo de Vallelado’, debe haber sido plantado en su zona de producción, y dentro de ésta se descartan todas aquellas parcelas cuya superficie sea arenosa. Además, con el objetivo de romper el ciclo de algunas enfermedades y parásitos del ajo, el cultivo anterior debe ser cereal (excepto maíz), leguminosa o barbecho.

Desde la preparación de la simiente a la recolección, el cultivo es manejado con gran esmero, conjugando la tradición con la tecnología y asegurando la mejor calidad.

“Es tan sano el trabajo como el ajo, de Vallelado”, concluyó su intervención el director general de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias de la Junta.