Entre las tradiciones de la Semana Santa segoviana una de las más llamativas es la que tiene lugar en Abades el Domingo de Pascua, durante la llamada ‘procesión del Encuentro’. Las imágenes del Resucitado y la Virgen siguen itinerarios diferentes por las calles del pueblo, encontrándose finalmente, momento en el que los cazadores de la localidad disparan postas al aire desde algún balcón cercano. Luego, apagado el ruido, la procesión prosigue con normalidad, hasta acabar en la iglesia.
Por extraño que ahora pueda parecer, lo cierto es que esta costumbre de festejar la Resurrección de Cristo disparando al cielo era habitual en Segovia hasta tiempos no demasiado lejanos. Vicente Fernández Berzal, en un artículo publicado en 1925, incluido en el libro ‘Antología’, señala que el Sábado Santo, después de que la Catedral de Segovia diera el toque de gloria y respondieran las campanas de todas las iglesias, “desde los balcones y ventanas, desde el mismo centro de la calle, se disparaban toda clase de armas de fuego, produciendo un estruendo infernal”. Y añade que “tan formidables y continuadas detonaciones con que se festejaba la Resurrección del Señor llevaban la alarma y la confusión a las falanges de canes que pululaban por las calles, haciéndoles huir en todas las direcciones”.