Corea del Norte aparca la amenaza nuclear para celebrar su aniversario

Seúl asegura que Pyongyang está «preparado» para lanzar un misil, aunque agrega que no hay señales de que se esté entrenando para iniciar una guerra a gran escala.

Flores en lugar de misiles: con motivo del 101 aniversario del nacimiento del fundador de la república, Kim Il-sung, Corea del Norte aparcó ayer su temida demostración de fuerza militar para centrarse en las celebraciones.

Parejas bailando en las calles, adornos por todas partes y un maratón internacional. Los norcoreanos celebraban el cumpleaños del abuelo del actual mandatario, Kim Jong-un.

Además, y después de varios días de ausencia, el líder comunista reapareció en público al visitar en Pyongyang el mausoleo de su antecesor, donde presentó sus respetos, además, a su padre, Kim Jong-il, que también está enterrado en el pabellón.

Eso sí, en contra de las expectativas, no hubo grandes desfiles ni tampoco se produjo el temido ataque militar que gran parte de la comunidad internacional esperaba. No obstante, desde Corea del Sur permanecen en alerta. Y es que, después de que este pasado fin de semana, sus vecinos del Norte rechazaran la oferta de diálogo, la tensión en la península continúa en aumento.

De hecho, el ministro de Defensa surcoreano, Kim Kwan Jin, señaló que Pyongyang está «preparada» ya para el lanzamiento de un misil, si bien agregó que no hay señales de que el régimen se esté entrenando para iniciar una guerra a gran escala. En este sentido, también confirmó que el Gobierno de Seúl está «listo» para cualquier ofensiva.

Pruebas encubiertas

Por su parte, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos consiguieron, el pasado diciembre, hacerse con parte del cohete disparado por Corea del Norte y, tras varias investigaciones, los servicios de Inteligencia norteamericanos consideran que la nación comunista trabaja en la fabricación de una cabeza nuclear.

Según publicó la revista The Daily Beast, la Marina recogió un trozo del fuselaje del proyectil que Kim Jong-un lanzó asegurando que se trataba de un satélite en honor a su padre, con motivo del primer aniversario de su muerte. El artefacto cayó en aguas del mar Amarillo y de Filipinas.

Entonces, Washington alertó de que se trataba de una prueba encubierta de un misil de largo alcance. Tras el análisis, la Casa Blanca reconoce que Pyongyang está realizando test para fabricar un dispositivo con capacidad para albergar una cabeza nuclear.

Mientras, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, insistió en que EEUU está abierto a que haya negociaciones «creíbles y confiables» con Corea.